Localización y tipo de instalaciones de cultivo de
champiñones y setas en La Rioja
El sector se encuentra concentrado geográficamente ya que 17
municipios aglutinan todas las explotaciones: 8 de Rioja
Media, otros tantos de Rioja Baja y uno de Sierra Rioja
Baja, aunque el 87% de las instalaciones se encuentra en
Rioja Baja.
En cuanto a la distribución por municipios, Pradejón, con el
52% de las instalaciones, Autol (24%), Ausejo (7%), Villar
de Arnedo (4%) y Calahorra (3%) son los principales núcleos
de producción. Además, Pradejón, Ausejo y Villar de Arnedo
tienen una clara inclinación hacia el champiñón, mientras
que Autol y Calahorra están más orientados a la producción
de seta. Estos dos últimos municipios, junto a Pradejón,
acaparan el 94% de las instalaciones de seta; y sólo
Pradejón tiene en su término municipal casi el 60% de las
dedicadas a champiñón.
También la titularidad de las explotaciones es diferente por
municipios: en Pradejón y Ausejo la mayor parte de los
titulares son personas físicas, mientras que en Autol,
Calahorra y Villar de Arnedo predominan las sociedades.
La larga tradición en el cultivo del champiñón en La Rioja,
que se introdujo en los años 20 del pasado siglo, explica la
diversidad de tipos de instalaciones: cuevas, que son las
instalaciones realizadas bajo tierra y subdivididas en
caños; naves, construcciones de obra con varios pisos; e
invernaderos, tipo túnel o capilla. En relación a la
antigüedad de las instalaciones registradas en 2010, la
mayoría se construyeron en la década de los 80 para el
cultivo setas y en los de los 90 para el de champiñón;
mientras que el 6,1% son anteriores a 1970. Por otro lado,
la champiñoneras que se realizan desde 1990 son de tipo
invernadero.
La superficie cultivada en la campaña 2010 fue de 2.159.461
metros cuadrados de champiñón y de 455.419 metros cuadrados
de setas. En el caso del champiñón, si dividimos la
superficie cultivada en la campaña 2010 entre la superficie
de cultivo por ciclo se obtiene una media de 4 ciclos de
cultivo por campaña e instalación. Con esta superficie de
cultivo, el rendimiento medio ponderado declarado por los
cultivadores de champiñón asciende a 26,4 kg/m2 y ciclo, con
intervalos que van de los 20 a los 33,5 kg/m2 y ciclo.
Respecto a la mano de obra, este sector es el principal
empleador de la agricultura riojana. Un total de 386
personas físicas son propietarios de alguna explotación, ya
sea directamente o a través de una sociedad, y de ellos el
92% trabaja en la misma.
Según los datos aportados por los entrevistados, el cultivo
de champiñón ocupa en La Rioja a 1.305 personas, de las
cuales el 29% es mano de obra familiar y el 71%, asalariada.
Entre los asalariados, hay un elevado porcentaje de
trabajadores extranjeros hasta alcanzar el 84%.
Si nos adentramos en las características del proceso
productivo de champiñón y seta, el estudio certifica que la
práctica totalidad del compost y sustrato empleado por los
cultivadores riojanos proviene de 11 plantas, 10 de las
cuales se encuentran en La Rioja y una, en Navarra. Ocho se
dedican al compost de champiñón, dos al sustrato de seta y
una elabora ambas producciones. Todas las plantas entregan
el compost en fase II (pasteurización), excepto una que lo
hace en fase I (fermentación) y en fase III (incubado).
Siete de las plantas son SAT conformadas por los propios
cultivadores, aunque todas tienen una importante
participación del sector productor.
El cultivo de champiñones y setas: datos económicos
El cultivo de champiñones y setas tiene una elevada
representatividad e importancia en el balance económico de
la producción del sector agrario riojano, ya que supone el
18,5% en el conjunto de la producción final agrícola (2009)
y un 14,8% de la producción final agraria. Son cifras muy
significativas si se tiene en cuenta que son sólo 198 las
explotaciones dedicadas al cultivo de hongos en La Rioja.
Con una producción anual de 66.090 toneladas, casi 61.000
toneladas de champiñón y algo más de 5.000 toneladas de
setas (2010), el sector obtiene unas cifras económicas que
superan los 70,8 millones de euros anuales.
Por otro lado, la mayoría del champiñón que se comercializa
individualmente (23.000 toneladas, el 36%) tiene como
destino la industria trasformadora (56,6%), seguido de la
realizada a través de almacenistas con un 42%. Con
independencia de si la comercialización se hace de forma
individual o a través de una entidad asociativa, el destino
final es, en el caso del champiñón, mayoritariamente a SAT;
mientras que en el caso de las setas, a almacenistas.
El tipo de envase en el que se comercializa el producto está
directamente relacionado con su destino final. El 32,14% del
champiñón tiene como destino el consumo en fresco y este se
comercializa mayoritariamente en plato de plástico; la
industria acapara el 67,86% de la producción y se transporta
en cajones de plástico de gran capacidad.
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